2011-05-30 19:19:28https://www.jesuscaritas.it/wordpress/es/?p=75

En la meditación que el Hermano Carlos de Jesús hace sobre el versículo de Lucas 1,39 («En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá») comenta – contemplando el misterio de la Encarnación – expresando lo que siente en lo más profundo del corazón y nos deja así lo que constituye su originalidad en el campo de la evangelización. ¿Cómo se realiza esta? ¿A quién le corresponde evangelizar? Escuchémosle, poniendo en María la forma esencial de la misma:

«Apenas encarnado yo he inspirado a mi madre que me llevase a la casa en la que iba a nacer Juan, a fin de santificarla antes de su nacimiento. Yo me he dado al mundo para su salvación en la Encarnación… Incluso antes de nacer yo trabajo en esta obra, la santificación de los hombres… y yo empujo a mi madre a trabajar en ella conmigo… No empujo solo a ella a trabajar, a santificar a los demás; empujo también a todas las demás almas a quienes me entrego, desde el momento en que me poseen… Un día diré a mis Apóstoles: prediquen, y les daré la misión e indicaré para ellos las reglas… AquI digo  a las demás almas, a todas quella almas que me poseen y que viven escondidas, que me poseen pero que no han recibido la misión de predicar; les digo: trabajen en la santificación del mundo, trabajen, trabajen todas, como mi madre: sin palabra, en silencio, vayan a establecer sus piadosos retiros en medio de los que me ignoran; llévenme en medio de ellos estableciendo allí un altar, un sagrario, y lleven el Evangelio, no predicando de boca, sino predicándolo con el ejemplo, no anunciándolo; santifiquen el mundo, lleven al mundo almas piadosas, almas escondidas y silenciosas, llévenme como María me ha llevado a Juan…».

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