DSC_0180Hemos tenido aquí en Nazareth una reunión muy interesante para hablar de la situación de los Cristianos sirios e iraquíes refugiados en Jordania. Sister Martha, religiosa austriaca (School Sisters of Notre Dame), que desde hace mucho tiempo vive y trabaja en la Iglesia Melkita de Nazareth, viajó recientemente a Amán y pudo visitar varios de los lugares y campamentos que acogen a cuantos han huído a causa de la persecusión de parte dell’Isis.



La idea surgió en manera providencial: Sister Martha mientras andaba de compras notó la gran tristeza que reflejaba el rostro de uno de los comerciantes que ella conocía. Él le reveló sus sentimientos de dolor y de impotencia ante el triste caso de muchos hermanos y hermanas iraquíes. La impotencia se debe al hecho que, siendo ciudadanos israelíes, no tienen derecho a ayudar directamente a sus familiares o a las personas que viven en los países vecinos. De allí surgió la idea, por eso providencial, de ofrecerse voluntaria, Martha, para mediar entre algunos árabes israelíes y los refugiados en Jordania. En poco tiempo un grupo de comenciantes y amigos, haciendo una colecta, lograron reunir una buena suma de dinero (25,000 schekel) y así la Hermana partió llevándose la ayuda.

DSC_0189Pudo así conocer la situación dramática, pero llena de dignidad y de fe, de los refugiados. «Las iglesias de Amán –nos decía Martha– han abierto sus puertas y dado los espacios libres para acoger a los Cristianos de Mosul… En Jordania viven ahora un millón y medio de refugiados sirios. Ellos me narraron muchas historias: por ejemplo cuando llegaron los fanáticos del Estado Islámico a las dos de la mañana, muy cerca de las habitaciones, y con bocinas despertaron a todos diciéndoles que tenían que dejar su patria, o convertirse al Islam, o entregar sus bienes, sus esposas e hijas, o de lo contrario huir inmediatamente si querían salvar su propia vida».

«Miles de refugiados viven ahora en la ciudad de Amán. La Caritas hace lo que puede por ellos; los sacerdotes y las comunidades religiosas han abiertos las puertas de sus casas, de los salones, todos los espacios libres, han montado containers en los jardines. Durante los días de mi visita estuvo lloviendo mucho; algunos techos tenían sus defectos y así la lluvia entraba en las habitaciones. La gente podía solo moverse de un lado a otro con sus pocas pertenencias porque no tenían otra opción».

«Había personas que tenían que pasar todo el día sentadas por el suelo porque no pueden hacer nada más. No tienen ninguna posibilidad de buscar trabajo, está prohibido para ellos. Los niños aun non pueden ir a la escuela. En algunos lugares no hay agua, ¡cuando les va bien una vez por semana!

DSC_0183-001«Ha sido muy edificante para mi ver cómo los Cristianos de Amán se ocupan de los refugiados, aun cuando en la misma Jordania hay muchos pobres. En cada lugar que pude visitar me preocupé sobre todo de escuchar con atención las cosas tristes que han vivido. Pero un señor poniéndose de pie, dijo: Los del Isis se llevaron todo lo que teníamos, pero no han podido robarnos la fe!».

«La hospitalidad de los jordanos es admirable, ¡incluso cuando carecen de todo! Sirven inmediatamente verduras, o frutas, o café árabe. La gente se ayuda mutuamente en diferentes maneras, compartiendo lo poco que poseen como una gran familia», dijo Sister Martha.

Pero lo que dio un significado especial a nuestro encuentro fue la presencia de algunas religiosas provenientes de Irak que participaron con un espíritu conmovedor. Después del emocionante testimonio de Sister Martha la actividad continuó con la proyección de un video realizado por «Net for God», «una red de oración, de formación cristiana y de fraternidad en todo el mundo» relacionada a la comunidad de origen francesa «Chemin Neuf» (Camino Nuevo), presente en Nazareth en el Centro Mariano, adyacente a la Basílica de la Anunciación.

Este es el enlace para poder ver el video (antes de pinchar play elija el idioma): VIDEO.
De frente a una tragedia humanitaria no hay palabras. Solo la oración sigue siendo un medio importante en este momento. Pero la sola oración no es suficiente, pues necesita la cooperación de todos los esfuerzos de las naciones y todos los hombres y mujeres de buena voluntad estamos obligados a no quedarnos con los brazos cruzados y hacer lo poco que podamos para detener a esa locura humana que está amenazando al mundo entero.

fratel Marco jc