El vizconde Carlos de Foucauld (hermano Carlos de Jesús) nace en Estrasburgo (Francia) el 15 de septiembre de 1858, en una familia aristocrática. Huérfano a seis años, es educado, junto con su hermana Marie, por el abuelo materno, el coronel Carlos de Morlet. Durante la adolescencia irá progresivamente alejándose de la fe. “Durante doce años viví sin ninguna fe; nada me parecía bastante probado; la misma fe con la que se siguen religiones tan diversas me parecía la condena de todas; aun menos aquella de mi infancia me parecía admisible, con su 1=3 que no podía aceptar […]. Los filósofos son todos en desacuerdo; quedé doce años sin negar nada y sin creer nada, desesperado por la verdad, y no creyendo ni siquiera en Dios, ninguna prueba me parecía bastante evidente” (Carta a Henry de Castries, 1901).
Juventud y la exploración de Marruecos
Empieza la carrera militar. Conocido por su gusto del placer y de la vida fácil, demuestra todavía una voluntad decidida y constante en las mayores dificultades. Una peligrosa exploración de Marruecos (1883-1884) le procura grande fama y le reconquista la estima de sus familiares.
Conversión
Interrogado por la fe de los musulmanes, va en búsqueda de Dios, y acompañado con sabiduría por su prima Marie de Bondy, encuentra un sacerdote, el padre Huvelin (1886), se confiesa y encuentra la fe. Carlos tiene 28 años. Escribe: “Apenas creí que Dios existe entendí que no podía hacer otra cosa que vivir sólo para El”.
Nazaret y sacerdocio
Para seguir a Jesús se hace monje trapense (1890-1897), luego vive como ermitaño cerca de las monjas Clarisas de Nazaret (1897-1900). Después de un largo período de discernimiento acepta de ser ordenado sacerdote (1901).
Los tres años transcurridos en Nazaret constituyen el período fundamental del itinerario espiritual de Carlos de Foucauld. Hundiéndose en el silencio y la soledad descubre el misterio del “largo período de la vida silenciosa de Jesús en Nazaret”. Desde este momento no hablará más de “Jesús de Nazaret” (como objeto de la fe) sino de “Jesús en Nazaret” (cristología integral).
En el desierto del Sahara
Después de un tiempo en el oasis de Beni Abbés (Argelia), baja más al sur, hasta Tamanrasset y sobre las montañas del Hoggar. Se establece entre los Tuareg. Allá vive “su Nazaret” como “monje, misionero, sacerdote y sacristán” en un deseo continuo de ser verdaderamente el “hermano universal”, imagen viva del amor de Jesús entre los más pequeños, los más pobres y los no cristianos. Es asesinado por un grupo de bandoleros, la tarde del 1° de diciembre de 1916.
Posteridad espiritual
Conquistado por el rostro de Jesús de Nazaret, se hace pobre como él, enamorado de los hombres que Jesús ha salvado llegando a dar su vida por ellos. Él es sin duda una de las figuras más significativas de la Iglesia de hoy.
Actualmente son 20 los grupos aprobados oficialmente por la Iglesia, juntos constituyen la Asociación Familia Espiritual Carlos de Foucauld, están extendidos por el mundo y se inspiran en el mensaje espiritual del “ermitaño del Sahara”: vivir la vida de Nazaret allá donde el Señor los ha puesto.
Carlos de Foucauld ha sido beatificado por el Papa Benedicto XVI el 13 de noviembre del 2005.