De los escritos de Carlos de Foucauld
«Jesús ha querido que su nombre “Salvador” significara la obra de su vida, la salvación de los seres humanos; la obra de nuestra vida tiene que ser, a imitación del Modelo Único, la salvación».
«Dios construye sobre la nada. Es con su muerte que Jesús ha salvado el mundo; es con la nada de los apóstoles que ha fundado la Iglesia; es con la santidad y en la pobreza de los medios humanos que se conquista el cielo y que la fe es propagada».
«Lc 2,51. Bajó con ellos y regresó en Nazaret… Bajó: por toda la vida no ha hecho que bajar: bajar encarnándose, bajar haciéndose niño, bajar obedeciendo, bajar haciéndose pobre, bajar haciéndose perseguido, supliciado, metiéndose siempre en el último lugar, “cuando sean invitados a un banquete, ocupen el último lugar”, y es lo que él mismo ha hecho desde su ingreso al banquete de la vida, hasta la muerte».
«Fue hacia Nazaret, el lugar de la vida escondida, de la vida ordinaria, de la vida de familia, de trabajo, de obscuridad, de virtudes silenciosas, practicadas sin otros testigos si no sólo Dios, los parientes, los vecinos de esta vida santa, benéfica, obscura, que es la de la mayoría de los hombres y de la que dio ejemplo por treinta años».
«El amor consiste, no en sentir que se ama sino en querer amar: cuando se quiere amar, se ama; cuando se quiere amar sobre todas las cosas, se ama sobre todas las cosas… Si se sucumbe a una tentación, es porque el amor es demasiado débil, no que no exista: hay que llorar, como san Pedro, arrepentirse, como san Pedro, humillarse como él, pero también como él decir por tres veces “te amo, te amo, tu sabes que, no obstante mis debilidades y mis pecados, te amo…”».