2011-10-11 20:31:34https://www.jesuscaritas.it/wordpress/es/?p=290

Hemos vivido dos semanas en un clima fraterno extraordinario: la amistad y comunión entre hermanos han transformado el Capítulo general en un evento que nos gustaría vivir con más frecuencia, ¡pero lastimosamente tendremos que esperar otros seis años!

Los últimos días fueron los más intensos desde todo punto de vista. El día miércoles por la tarde hemos ido en peregrinaje hacia un santuario dedicado a la Virgen «Madonna della Stella» para encomendar a María, Estrella de la mañana, nuestro camino comunitario. El jueves nos han venido a visitar nuestras hermanas que viven en la diócesis de Fermo para participar en las actividades de la jornada. Ese mismo día los señores “Novella y Cencino”, nuestros grandes amigos y “super cocineros”, estaban celebrando el 48° aniversario de su matrimonio. ¡Una gran fiesta de Fraternidad y un almuerzo de gala! Durante la celebración de la Eucaristía el presidente ha manifestado los sentimientos de gratitud de nuestra Fraternidad hacia la pareja por la fineza y constancia con las cuales nos han ayudado en esta como en occasiones anteriores. Podemos resumir el todo con la frase: «Quando uno de nostros entra en la cocina no encuentra a los cocineros sino -¡aquí esagerando un poco!- a papà y a mamà!»… Un par de lágrimas de emoción fueron la respuesta a esas palabras que expresan sobre todo el cariño hacia cuantos en diferentes modos nos conceden su preciosa colaboración.

 

Vienes por la tarde hemos estado en Nocera Umbra, a pocos kilómetros de Sassovivo, donde un sacerdote muy amigo de nuestra Fraternidad, “don Girólamo”, ha terminado la construcción de una nueva iglesia parroquial después del terremoto del 1997. Al mismo tiempo hemos visitado un gran seminario que cuenta con un pasado glorioso.

Estos han  sido días con un poco de recreación, pero tampoco ha faltado el trabajo intenso para sacar las conclusiones y crear el documento final destinado a los hermanos participantes y a todos los amigos de la Familia espiritual de Carlos de Foucauld.

 

 

Poco a poco nos hemos estado despidiendo de los hermanos que están regresando a sus diferentes fraternidades y al propio ritmo de vida cotidiana. En lenguaje “foculdiano” diríamos que cada uno debe volver a su propio “Nazareth”, es decir allá en donde el Señor lo manda para santificarse y al mismo tiempo santificar por medio de su presencia silenciosa, pero operante, como Jesús en Nazareth.

 

C. Oswaldo Curuchich290open