2011-06-05 07:37:03https://www.jesuscaritas.it/wordpress/es/?p=106

A pesar de tener la posibilidad de frecuentar la ciudad de Asís (vivimos a solo 12 kms. de distancia) muy frecuentemente y poder así rezar ante la tumba de San Francisco y de Santa Clara, casi siempre me da la impresión de estar realizando por primera vez una peregrinación extraordinaria.

La ciudad del «Pobrecillo» ha recibido varios títulos porque la consideran «patrimonio mundial» por la riqueza histórica, arquitectónica, espiritual y cultural que representa. Por ejemplo, en el próximo mes de octubre Asís estará de nuevo al centro de la atención del mundo entero por el evento anunciado por el Papa Benedicto XVI: la celebración del XXV aniversario del primer encuentro de los representates de las Iglesias separadas y las Religiones más grandes del mundo. Era el 1986 cuando del Beato Juan Pablo II quiso realizar un acontecimiento que muchos consideran un nuevo punto de partida para la historia de la humanidad.

Asís, además de estar “hermanada” con la ciudad norteamericana de San Francisco (¡un padrino normalmente debe tener sus posibilidades!) lo está sobre todo con la ciudad de Belén. No se cuantos estén informados a cerca del origen de nuestros nacimientos navideños, pero hay documentos que no dejan espacio a la duda que haya sido el hermano Francisco de Asís quien quiso representar, en la manera más real que fuese posible, el nacimiento de Jesús en el Portal de Belén. Fue en la Navidad del 1223, mientras Francisco se encontraba en el lugar hoy conocido como Greccio (a una hora de Asís, en auto), que se realizó el primer nacimiento de la historia. Es bellísima la narración de las «Fuentes franciscanas» porque se dice que «Francisco cuando vio representado el nacimiento del Salvador del mundo quedó extasiado ante tanta belleza».

Bien, volviendo a nostros, es decir al sábado 4 de junio 2011, hemos tenido la oportunidad de participar a la jornada de la vida consagrada, o sea el encuentro de todos los religiosos y religiosas que vivimos en esta región de Italia central denominada Umbria. No se podía encontrar una sede más significativa que el Sacro Convento de Asís, sede de los Frailes Menores Conventuales situado en el gran edificio con sus arcos medievales exactamente a la par de la Basílica de San Francisco. La reunión inció por la mañana con el canto de Laudes en la Basílica y luego la conferencia de Luigi Alici, laico y profesor universitario, en la Sala románica. Además del obispo delegado participaron diferentes superiores mayores de las órdenes y congregaciones religiosas y un número elevado de religiosos y religiosas. No era fácil identificar los diferentes hábitos religiosos, menos aun contarlos, pero daba gusto ver cuántas posibilidades hay en la Iglesia de consagrar la propia vida al Señor. Cuando un señor me pregunta «¿y por qué usted entró en esa congregación y no en otra?», la única respuesta que me viene espontáneamente es «no lo se, pero es como si yo le preguantara a usted: ¿y por qué se casó con su esposa y no con otra?».

Lo importante es que cada uno pueda vivir su propia vocación como dice un canto que nos llama a la memoria inmediatamente la espiritualidad de San Francisco: «Servite Domino in lætitia» (servid a Dios con alegría) y todo lo demás tendrá verdadero y pleno significado.

Oswaldo Curuchich


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