2012-08-01 20:14:32https://www.jesuscaritas.it/wordpress/es/?p=551

Una casa nueva, una comunidad joven, la comunión de la familia espiritual de Carlos de Foucauld. Estos son algunos de los «ingredientes» de la semana de retiro che nuestro Prior Gian Carlo y yo hemos vivido en Castelfranco Veneto (norte de Italia) junto a las hermanas «Discípulas del Evangelio».

Desde hace algunos meses ellas habían expresado a nuestro Prior el deseo que fuese él a guiar estos días de retiro y, ya que en estos días me he estado preparando para mi profesión perpetua, también yo he participado al retiro con mucha alegría.



La fraternidad de las Discípulas del Evangelio está unida a nosotros con varios vínculos: en primer lugar por la espiritualidad del Padre de Foucauld, luego por el «empujón» de parte del hermano Carlo Carreto, pues al inicio de nuestra historia el apoyó a los primeros hermanos y luego hizo leer nuestras Constituciones a las primeras Discípuòas para poder inspirarse. Por tal razón nos une también la historia de nuestras fraternidades. Otro punto en común es que vivimos en dos de los lugares importantes que acogieron a Carlos de Foucauld: la capilla de Nazareth donde, entre otras cosas maduró la idea de ser ordenado sacerdote, y la capilla del seminario de Viviers (Francia) en donde la idea se realizó con la ordenación sacerdotal del Hermano Carlos de Jesús el 9 de junio 1901.

También el estilo de ambas fraternidades es similar: nos sentimos llamados a servir a la Iglesia local en diferentes modos y en plena comunión con el Obispo y sus colaboradores, pero al mismo tiempo manteniendo una sana y prudente autonomía.

Las palabras que más se repitieron durante el retiro fueron las mismas que pronunciamos durante nuestra profesión religiosa en la Fraternidad: «Por Jesús y por el Evangelio».

Si, es por Jesús y por el Evangelio que existimos, como comunidad, como cristianos y como religiosos. Y es por la relación hacia El y al Evangelio que necesitamos revisar nuestra vida periódicamente para poder estar siempre en sintonía con Su palabra y Su voluntad.

Una comparación seria e importante con el Evangelio nos ha guiado en estos días en un auténtico espíritu de silencio y de oración. La liturgia muy bien preparada ha ayudado a todos a entrar en el misterio central de nuestra vida cristiana: la Eucaristía.

Una semana de re-creación en el Señor que advertimos en Su presencia que El ha donado a todos nosotros y también en la atención fina y llena de cariño que las hermanas nos han dedicado. La re-creación espiritual la hemos sentido también encontrando a varias de las jóvenes que forman parte de la fraternidad y que con el entusiasmo y la energía que las caracteriza, constituyen una clara señal de la belleza y la actualidad del mensaje espiritual del Padre de Foucauld.

No podemos olvidar la presencia de algunos amigos laicos de las Discípulas que, en la medida de lo posible, han participado durante toda la semana al retiro y que han sido un claro reflejo de la profunda comunión que las hermanas mantienen con las familias y con la realidad cotidiana de las mismas.

Queremos agradecer de manera especial a suor Nazzarena (la fundadora y responsable general) y a suor Antonella que con delicada y fina atención nos han brindado una calurosa bienvenida. Personalmente puedo afirmar que ha sido para mi una gracia y una dicha haber conocido de una sola vez la gran richeza umana y espiritual de esta comunidad.

Gracias de nuevo y nuestros mejores deseos para que podáis ser en el mundo una imagen de la ternura de Dios que viene siempre hacia nosotros.

Marco Cosini

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