2012-01-06 08:24:47https://www.jesuscaritas.it/wordpress/es/?p=372

He titubeado antes de escribir estas líneas porque parece que no se pueda hablar de otra cosa sino solo de crisis: mercados, bolsas, spreads, tasas, carburante, etc. Si alguien prueba en los cotidianos on-line a hablar de optimismo, es puntualmente bombardeado con críticas y comentarios casi todos

sazonados de enojo y también de malicia. ¡Prohibido hablar de optimismo! Pero ¿es verdad? Personalmente no estoy de acuerdo. Creo que hablar con un poco de optimismo sea sobre todo un deber cristiano. En uno de sus mensajes el papa Juan XXIII, decía: «La larga experiencia de la vida enseña a todos que para la felicidad de nuestro espíritu, es mucho más útil percibir en las cosas el bien y detenernos en ellos, que buscar el mal y el defecto, y enfatizarlo con la rapidez, peor todavía si con malicia».

Un amigo periodista decía a sus alumnos que al momento de escribir un artículo (una noticia), cada uno se debía esforzar al máximo bien sabiendo que sobre diez mil lectores que, talvez o probablemente hubieran ojeado el periódico, solo dos hubieran leído todo el texto y al final no habrían compartido sus ideas… ¡Esto es optimismo! Mi optimismo empieza con la conciencia que quien me leerá –fuesen solo dos– lo harán por amistad y, por tanto, ¡no me lloverán encima las criticas!

El optimismo no es la virtud de los ingenuos y mucho menos de un carácter de indiferentes, ese es un consejo evangélico en el espíritu de las Bienaventuranzas. Muy a menudo nos dejamos encadenar por el modo común de pensar y decir que al final nos convencemos. Estamos convencidos de estar mal, de estar en crisis, de no querer ver el futuro porque se prevé demasiado difícil.

El padre dominico Ennio Said en su nuevo libro escribe: «Las crisis económicas hacen preocupar sobre todo a quien tiene algo que perder. Los pobres no tienen nada para perder. Son “como la hierba de los campos” y continuarán a gozar de aquel poco que logra hacerlos sonreír. Para los ricos es una tragedia». Este podría ser solo un punto de vista, la vida es más compleja, y varias veces la vida es una cuestión de puntos de vista. Pero el punto de vista cristiano no debería ser pesimista, de lo contrario se enfría la fe y la esperanza, en el peor de los casos también la caridad. La actual crisis económica podría tener al menos un lado positivo, el de hacernos redescubrir el gozo por las cosas simples, de recuperar un poco de la esencialidad en la vida.

Concluyo citando una vez más una frase del papa Juan XXIII: «Recordemos que los días de la pasión son tres: todo el resto del año es resurrección, es victoria, vida».

¡Feliz fiesta de la Epifanía a todos!

Oswaldo Curuchich


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