2012-07-24 12:06:05https://www.jesuscaritas.it/wordpress/es/?p=541

Retirarse un periodo para dedicarse al silencio y a la oración es siempre algo extraordinario, sobre todo porque es un momento que se vive intensamente y en gran intimidad con el «Bienamado hermano y Señor Jesús». Pero a pesar de los propósitos y las buenas intenciones no siempre se alcanza la máxima concentración.

Hay varias cosas que influyen negativamente: en primer lugar los límites de la propia humanidad. La voluntad no es suficiente. Se necesitan las virtudes de la paciencia y la perseverancia. Otros límites son ajenos a la persona: el ambiente, las condiciones climáticas, las personas presentes, etc. No obstante las dificultades, dedicar una jornada o una semana al propio espíritu es tan saludable como tomarse una tarde de secanso o ir a paseo junto con la familia.

Recientemente me han pedido (junto a otras personas) responder a un test clínico para una investigación universitaria en el campo de la medician. Las preguntas eran varias y muy diferentes: algunas muy importantes e inteligentes, otras muy sencillas e incluso inútiles, por ejemplo si me pongo triste al pensar que un día mi perro pueda morir. En primer lugar no tengo un perro y en segundo lugar me hubiese gustado más leer la pregunta: «¿Puedes expresar lo que sientes al enterarte que un niño murió al caer desde el segundo nivel de su casa?».

Lo más sorprendente, o desde mi perspectiva, lo más triste es que todas las preguntas estaban formulada cuidadosamente con la neta intención de no tocar la dimensión espiritual de la persona. Es, según los autores, más importante saber si uno recibe un beneficio al momento de «chatear» con alguien, incluso con un desconocido, que saber si uno se siente bien al dialogar con un ser sobrenatural, con una divinidad.  Al máximo el test incluye la parte sicológica.

Al terminar había un espacio para los comentarios personales. El mío fue muy breve: «Test incompleto, la persona tiene un espíritu y no puede ser negado o separado del cuerpo físico».

Aunque si el Director del equipo apreció mucho mi comentario y quiso saber más acerca del tema, estoy seguro que los señores de la ciencia continuarán a pensar que la fe es cosa para «viejitas»… Pero qué importa, por otro lado también sabemos que la fe es un don, «un tesoro escondido en el campo» y quien lo descubre sabe que vale más que toda la riqueza de este mundo. Por tal razón el Padre de Foucauld decía que «los más pobres son aquellos que non tienen nada porque les falta Jesús». Quien no tiene fe estoy seguro que no va a comprender por qué uno es capaz de pasar incluso varias horas en silencio ante Jesús-Eucaritía…

Bueno, termino compartiendo mi alegría por haber vivido un retiro muy especial, en soledad. El último día coincidió con la iniciativa de un párroco para realizar una noche entera de vigilia, pero de oración itinerante, caminando hasta alcanzar la cima de una de las montañas que circundad la Abadía de Sassovivo. Partimos a las 23:00 y terminamos a las de la mañana. Un grupo de 30 personas, la mayoría jóvenes, en un clima de silencio y oración hasta llegar a la meta: dede ahí contemplamos el cielo abitado por las estrellas que Abraham no pudo contar y allá en el valle las ciudades que brillaban como nuestros ojos de alegría.

Finalizando la vigilia con una bendición, el cuerpo se estaba un poco agotado, pero el espíritu se sentía «super nuevo».

C. Oswaldo Curuchich


 

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