visita-piccoli-fratelli-anno-comuneUn día común durante el año común. Este podría ser un subtítulo para este artículo que expresa, con un juego de palabras, una jornada que vivimos recientemente. Los Hermanitos de Jesús y los Hermanitos del Evangelio están viviendo juntos una experiencia muy importante en esta región Umbra.

Formaba parte de su programa una peregrinación a pie hasta Roma que concluyeron con la celebración de la solemnidad de Pentecostés en San Pedro. Así, partiendo de Collepino, pueblecito que se encuentra en las faldas del Monte Subasio, concluyeron su primera etapa aquí en Sassovivo. Para los más jóvenes de nosotros ha sido seguramente un momento de intensa vida fraterna y espiritual, sobre todo porque estaban presentes algunos de los hermanos que representan la continuación entre los primeros pasos de la Familia Espiritual de Carlos de Foucauld y el momento actual. Nuestro hermano prior Gian Carlo ha encontrado de nuevo en modo particular a Hervé, prior de los Hermanitos de Jesús, Marc y Bruno, así como Andreas Knapp (viejo amigo de Sassovivo) de los Hermanitos del Evangelio.

Un aspecto igualmente interesante fue la presencia de diez nacionalidades diferentes. Es una de las características de los encuentros de las fraternidades del Padre de Foucauld. De hecho desde siempre la Familia Espiritual ha sido integrada por hermanos y hermanas originarios de los “cuatro ángulos” de la tierra. Por eso, al encuentro participamos representantes de Francia, Corea, Japón, Vietnam, Cuba, Camerún, Alemania, India, Guatemala e Italia. Realmente una experiencia concreta de universalidad. Obviamente el “idioma convencional” fue el Inglés y así pudimos hacer un intercambio de presentación para dar a conocer nuestras raices y nuestra situación actual, compartiendo al mismo tiempo lo que nos une. Durante la cena, distribuidos en pequeños grupos, cada uno tuvo la agradable sorpresa de conocer a sus propios vecinos. Personalmente conocí a Xavier, indú, con el que nos comprendimos inmediatamente a causa del servicio que ambos realizamos en los hospitales: él como enfermero y yo como capellán.

Charlando con Xavier y otros hermanos pude percibir la demostración del gran aprecio y confianza hacia nosotros convenciéndome aun más de la “vocación en la vocación” que tiene nuestra comunidad, en particular por nuestra presencia en Nazareth: esa de ser la casa de todos los hermanos y hermanas, así como para los miembros de los demás grupos de la Familia, que se reconocen en la herencia común de la espiritualidad de Carlos de Foucauld. El deseo y la promesa de encontrarnos en la casa común del Hermano Carlos en Nazareth fue uno de los temas más repetidos durante nuestro encuentro de fraternidad universal. Una vez más, en este mismo anhelo, hemos reconocido el deseo de encontrarnos todos en el único “carisma”, en el único estilo posible para nuestras fraternidades, que es la vida de Nazareth. No podemos no estar agradecido con el Señor por hacernos parte de esta familia y porque nos hace caminar juntos siguiendo sus huellas en compañia del Beato Carlos de Jesús. Y de camino nuestros hermanos han hecho una gran experiencia en estos días. Nosotros los hemos acompañado con nuestra oración y nuestra amistad en Cristo Jesús.

fratel Marco jc
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