2011-12-15 20:43:20https://www.jesuscaritas.it/wordpress/es/?p=357

Hemos celebrado por primera vez, públicamente y con gran alegría, la memoria litúrgica del Beato Carlos de Jesús en Comalapa (Guatemala). Después de la concelebración eucarística siguió la hora santa, según la costumbre en la parroquia “Santuario el Sagrado Corazón de Jesús”, luego fue el momento para compartir junto a un grupo de unas noventa personas entre familiares y amigos, entre ellos el párroco y sus vicarios, así como dos sacerdotes más que nos han visitado en Sassovivo. La fiesta fue amenizada por un pequeño grupo especializado en música autóctona.

Estoy convencido que el mensaje de la Fraternidad (del Padre de Foucauld) siga siendo en realidad una “novedad” para la iglesia de Comalapa (en particular), iglesia que podríamos llamar misionera, y que está formada por un pueblo (el de los Maya Kaqchiquel) che se identifica fuertemente como un pueblo religioso. Aunque si son otros los problemas que, según mi parecer, podrían encontrar en el mensaje espiritual de Carlos de Jesús una luz nueva para comprenderlos y así enfrentarlos mejor. Sobresale en el campo eclesial, entre otros desafíos, la falta de colaboración y entonces de unidad entre las diferentes iglesias cristianas presentes.

“El tiempo se ha cumplido” del Adviento podríamos en tal contexto actualizarlo con “el tiempo es maduro” para iniciar un nuevo capítulo de la historia. Hay muchas personas che desean sinceramente iniciar un camino de diálogo con “los otros”, pero nunca faltan -como en cualquier parte del mundo- algunos (pocos) che impiden el camino hacia la reconciliación o por lo menos hacia una convivencia un poco más pacífica. Exactamente en este campo creo que el mensaje de la Fraternidad podría encontrar su espacio ideal, iniciando con una presencia de oración silenciosa y de amistad fraterna con todos los “hebreos, cristianos, musulmanes e idólatras” como nos repetiría el Padre de Foucauld.

La presencia de la Fraternidad, con aprobación eclesiástica, en este ángulo de la tierra sigue siendo un sueño, pero una presencia, de hecho, me parece que pueda ser ya tomada en seria consideración. Se trata de un pequeño grupo de familias que, a pesar de no conocer bien el “mensaje foculdiano”, expresan un sincero interés por todo el tema. Igualmente algunos presbíteros que, en diferentes modos, han entrado en contacto con las fraternidades. La pequeña semilla ha sido ya hechada, el deseo acompañado de la oración no falta, ahora nos queda solo encomendarnos a la intercisión del Hermano Carlos de Jesús para que tarde o temprano el Señor nos mande una señal más clara, ¡y sobre todo nos de las fuerzas!

Encomendamos estas intenciones tamibién a todos nuestros queridos amigos.

Oswaldo Curuchich


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